En este ensayo se analizará la doble muerte y el desdoblamiento de los protagonistas en “La noche boca arriba” de Julio Cortázar y “El sur” de Jorge Luis Borges .
“La noche boca arriba” es la historia de un hombre que sale de su casa a la mañana y tiene un accidente en moto. Es llevado al hospital donde lo atienden. A todo esto, el protagonista va teniendo una especie de sueños, uno de ellos es cuando se convierte en un moteca que va a ser sacrificado.
El pasaje del mundo actual (el de la ciudad, con semáforos y motos, etc.) al mundo antiguo del moteca se genera a través de especies de desmayos ya que, desde el punto de vista del protagonista, el sueño viene de repente y no recuerda nada similar: “Como sueño era curioso porque estaba lleno de olores y él nunca soñaba con olores.”
Este suceso se repite varias veces a lo largo de la historia: un pasaje repentino a otra realidad. Además, si se tiene en cuenta cómo está escrita la historia se puede ver cómo a medida que va soñando, el sueño se va convirtiendo en la pura realidad ya que, la primera vez se deja un espacio entre párrafo y párrafo, pero luego ese espacio ya no existe; luego, a ambos mundos los divide un punto, y para el final el cambio de una realidad a otra ni siquiera se separa con un punto, ocurre en una misma oración: “…apretó los párpados, gimiendo por despertar. Durante un segundo creyó que lo lograría, porque estaba otra vez inmóvil en la cama, a salvo del balanceo cabeza abajo, pero olía a muerte y cuando abrió los ojos vio la figura ensangrentada.”
Por otra parte, “El sur” trata sobre un hombre de ascendencia alemana y criolla que, debido a un golpe, contrae septicemia y debe ser internado. Luego, una vez curado, comienza un viaje en tren que, raramente finaliza en una parada anterior y sucede en un tiempo diferente, muy anterior al año 1939 que figura en el cuento: la época del Martín Fierro. Por lo tanto, el viaje al Sur es un viaje al pasado, al mundo literario que Dalhman no conoce a través de la experiencia sino a través de sus lecturas.
El pasaje del mundo del hospital al del Martín Fierro se genera mediante el viaje en tren que el protagonista vive como un sueño, dándonos una pista de lo que puede ser lo que sucede en el tiempo que pasa en el mundo gauchesco: “y todas estas cosas eran casuales, como sueños de la llanura.”
Podemos afirmar que cuanto más al Sur viaja más va retrocediendo en el tiempo, desde que está en la ciudad con el gato, hasta la parada en la que se baja: “…y Dalhman pudo sospechar que viajaba al pasado y no sólo al Sur.”
Teniendo en cuenta la focalización, Cortázar narra su historia en tercera persona no omnisciente sino desde el punto de vista del protagonista. Este es el recurso que él utiliza para crear ambigüedad, el cual Borges no utiliza ya que, en su caso, la historia está narrada en tercera persona omnisciente.
Para esto, Borges utiliza otros recursos como, por ejemplo, los anacronismos a la hora de emprender el viaje al pasado. Además, recurre a pautas de lectura y anticipaciones como por ejemplo: “A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos”
“El hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico animal, en la actualidad, en la eternidad del instante.”.
Estos son elementos que nos indican que algo va a suceder, que el hombre puede viajar en el tiempo, que la realidad no siempre sigue un orden lineal.
Además de la focalización, Cortázar recurre al uso de imágenes sensoriales. A medida que avanza la historia las pertenecientes al mundo moteca se vuelven más precisas y las del mundo moderno más inexactas. Esto nos va anticipando que lo que creíamos una realidad se va transformando en un sueño, algo no claro. Pero lo que creíamos que era un sueño se va transformando en realidad, una realidad que se percibe a través de los sentidos, que indica que lo que forma parte de ese mundo deja de ser ficticio y pasa a ser más bien fáctico.
También, Cortázar utiliza las comparaciones que en un principio son por parte del hombre de ciudad, con sus conocimientos, pero para el final, cuando la transición se ha completado, el punto de vista es el del moteca desde sus conocimientos: “…con luces verdes y rojas que ardían sin llama ni humo, con un enorme insecto de metal que zumbaba bajo sus piernas.”
A esta altura de la historia, es el moteca quien describe a la moto y los semáforos como puede, con los conocimientos que posee.
Con respecto a los recursos literarios a los que apela Borges, además de las pautas de lectura, anacronismos, el campo semántico de lo onírico, anticipaciones y otros, hay una que comparte con Cortázar: la simetría entre los dos mundos. En el caso de El Sur, cuando Juan pelea contra los del bar, aparece una analogía con la realidad del hospital (aguja-cuchillo): “…en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja.”
Esto mismo sucede en el cuento de Cortázar cuando lo que hace en el mundo moderno se replica en el moteca y viceversa (la cama y la piedra, por ejemplo): “…saltó desesperado hacia adelante.
—Se va a caer de la cama— dijo el enfermo...”
El segundo recurso que utiliza Borges es el de los intertextos que aparecen en la historia: Martín Fierro, que representa su linaje criollo y Las mil y una noches que representa su ascendencia alemana, ya que es una traducción de Weil. Estos intertextos son fundamentales en la historia ya que el mundo a donde viaja Juan Dalhman es igual al del Martín Fierro, inclusive dentro del bar está sentado un gaucho en una esquina. En lo que se refiere a Las mil y una noches, es utilizada por el protagonista como la manera de irse a otra realidad. Además, este libro representa el infinito, la posibilidad de cambiar un destino a través de la ficción, de vivir tantas muertes como se sea capaz de imaginar.
Por último, el tercer recurso de Borges es el uso de tiempos verbales y adverbios. Este recurso se observa en el final cuando se narra en pretérito pluscuamperfecto del Subjuntivo para indicar imposibilidad: “Si hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado…”
Mientras que en el párrafo siguiente se apela al presente del Indicativo que expresa certeza:
“Dahlmann empuña con firmeza el cuchillo, que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura […].”
Así, la contradicción entre la narración de un hecho que se cuenta como imposible y, a la vez, como cierto genera ambigüedad en el lector que no puede saber cuál es la “realidad” del relato.
En conclusión, para generar ambigüedad, Cortázar recurre a la focalización y a las imágenes sensoriales, mientras que Borges a las pautas de lectura, el ambiente onírico, las analogías y muchos más recursos que hacen más interesante el relato. Ademas, el desdoblamiento de los protagonistas es diferente, pero ambos crean realidades que no nos permiten saber cuál es la “ficticia” y cuál la “real”.
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