A partir de las pistas, declaraciones de los testigos, les voy a decir quién es el asesino del señor Adair.
Su padre, su madre y su hermana fueron descartados como sospechosos en virtud de que su padre estaba en Australia, circunstancia que fue comprobada, su madre y su hermana estaban en la casa de un familiar.
La sta. Edith Woodley estaba en el hospital por una dolencia, lo que fue probado por el médico que la asistió.
Voy a descartar también, como culpable al señor Moran, ya que si bien él tenía motivos suficientes para matarlo no lo hizo, llegó a la casa cuando Adair estaba muerto, su arma estaba cargada, no había sido disparada, los vecinos, lo vieron entrar. Fue quien ayudó a su madre a forzar la puerta y quien encontró junto a ella el cadáver de Adair.
John Hardy y el señor Murray se quedaron en el club jugando junto con Godfrey Milner y Lord Balmoral, circunstancia que descarta a todos ellos como posibles asesinos.
¿Quién es entonces el asesino?
La asesina fue sin duda, la “doncella”. Por averiguaciones en el vecindario, a la doncella se la solía ver entrando a la casa que Adair había comprado en la calle Loud Street, aunque ella en el interrogatorio lo negó diciendo que no conocía dicha casa. Primera contradicción.
También mintió respecto del raspón en su brazo ya que fue verificado que la alacena no tiene signos de haber estado rota, mientras que ella dijo en su declaración que se lastimó arreglándola. Segunda contradicción.
En la puerta ventana del salón del primer piso, que estaba bajo la sala donde fue asesinado Adair se encontraron rasgos de sangre, y signos claros de que la puerta había sido forzada.
Pericias posteriores confirmaron que se trataba de la sangre de la doncella.
Ante tantas contradicciones en la declaración y por la forma nerviosa en que ella contestó, decidí registrar su habitación.
En el fondo de un cajón escondida dentro de su ropa se encontró un arma recientemente disparada. Era un arma que había desaparecido un tiempo atrás supuestamente había sido extraviada según lo manifestado por la madre de Adair y coincidía con el calibre de la que había sido disparada contra Ronald Adair..
En otro cajón se encontró una carta sin terminar dirigida al Sr. Moran donde le pedía perdón por su traición y le confesaba que cortejaba a su esposa, que por ella había dejado a Edith y que haría cualquier cosa por vivir su historia de amor junto a ella, que se mudarían a la casa que el había comprado y que….
La doncella entró en su habitación como de costumbre cerró la puerta a fin de quedarse a solas con Adair, pero él la rechazó, entonces ella vio la carta que le estaba escribiendo a Moran y, furiosa, por la traición de Adair quien siempre le dijo que en la casa vacía vivirían juntos, que había dejado a Edith por ella, se dio cuenta de la verdad. El se estuvo burlando, la estuvo engañando, nunca se iría con ella, ella era solo una doncella y a él le daría vergüenza.
Su relación clandestina de mas de seis años, sus escapadas a la casa vacía sus ilusiones, todo, se había derrumbado.
Entonces fue a su habitación tomo el arma que estaba cargada volvió a entrar cerrando nuevamente la puerta como de costumbre para evitar miradas indiscretas y sin que le llamara la atención a Adair fue hasta la ventana y desde allí le disparó: un solo disparo y todo terminó.
Aterrada por lo que había hecho, abrió la ventana y saltó hasta el balcón del primer piso donde estaba el salón principal y entró por una puerta ventana donde se lastimó el brazo al forzarla para poder abrirla sin darse cuenta.
A fin de lastimar a su rival, la doncella llamó por teléfono a la Sra. de Moran y le dio la noticia. La Sra. de Moran declaró que la llamada fue registrada a las 11 hs. antes de que fuera encontrado el cadáver .Sólo el asesino pudo haber hecho dicha llamada.
Después se metió en su habitación. Allí se quedó hasta que escuchó los gritos de la madre y la hermana de Adair que, junto a Moran, habían encontrado el cuerpo en el piso ensangrentado y sin vida.
Decidió no decir una palabra e irse a vivir lejos, pero la encontraron antes de subir al tren, en la estación con sus valijas llenas de ropa y dispuesta a desaparecer.
¡Muy bien, Tomás!
ResponderEliminar